aguatierravientoasfalto: julio 2011

Me despido de Oregon para dar la entrada a California, mi estado, mi gente.

Mi primera parada es en Crescent City.

No hay nada como levantarse en Crescent City a las 6.00h de la mañana para poderme lavar el pelo en la pica de un lavabo publico y después secarmelo con la calefacción del coche.

Lluvias y mal tiempo era el pronostico para Crescent City y sus cercanías. Decido seguir con la south 101. Conduzco cruzando el “Redwood National Park”. Inmensos arboles con un diámetro de tronco incalculable. Tras conducir 1 hora por esos majestuosos arboles, llego a Eureka, un pueblo encantador donde conocí a unos frikis de los ciber juegos en un bar-Cafe mientras chequeaba mi correo.

Sigo con mi ruta y me desvío para conducir la “Avenue of the Giants”, es increíble, no hay palabras para describir la sensación que te transmite conducir por esa carretera. Arboles gigantescos abrazando la estrecha carretera, con una supuesta niebla baja donde no se podía apreciar la extremidad de los arboles.

Conducir por esa carretera me hacia sentir intimidada por tales arboles … tan pequeña e insignificante...

Me despido de la 101 para entrar en la 1. La 101 es perfecta, vives de todo con ella. Hay momentos que te ofrece un carril para cada sentido de la marcha y otras veces 4, pasa por el interior donde puedes apreciar la naturaleza, como el Redwood National Park, pero también te lleva por la costa, así que vives mar y montana.

A partir de este momento la 101 se queda por el interior, por eso cojo el desvío de la 1 que me mantendrá por la costa.

Los primeros 45 kilómetros de la 1 se hacen interminables hasta llegar a la costa, ya que es una carretera muy estrecha con muchas curvas. Te aconsejan ir a 10MPH que vendrían a ser unos 18 km/h, imaginaros como son las curvas. Son muy cerradas, hay de largas y de cortas, con series de tres o cuatro, la mayoría contra peraltadas. Aquí disfrutaría conduciendo con una R6.

Cuando conduces por la 1 hay kilómetros y kilómetros sin nada, a duras penas prados, y de tanto en tanto algún pueblo de mala muerte.

Hace mucho viento, pero no se puede navegar, todo es puro acantilado sin playas, hay algunas playas pequeñas pero no hay acceso.

Después de conducir prácticamente todo un día por la 1, llego a la zona donde hay vida. El primer pueblo es Mendocino. El típico pueblo americano, con casas de madera, torretas, molinos... Un pueblo encantador con magnificas vistas al mar y acantilados.

Después de visitar unos cuantos pueblos como Bodega Bay, regreso a Santa Helena para reencontrarme con Nena y Alex. De nuevo comparto miles de actividades con ellos; tenis, bici, paseos, visitas...

Tuvimos el honor de cenar con Juan Sanchez, el corredor mexicano, esta vez ya había corrido la carrera de “Bad Water in Death Valley”, una carrera que duraba 2 días enteros, día y noche NON STOP.

Nos comento que su principal objetivo era poder terminar la carrera, ya que nunca había corrido nada igual, pero también se puso la meta de acabarla como máximo en 40 horas.

Se exponía a una carrera de unas 135 millas (217 kilómetros) con altas temperaturas (es puro desierto, entre 40 y 50 grados). Juan pudo terminarla y ademas la acabo en 33 horas y 9 minutos.

Habían 93 corredores, de las cuales 17 no pudieron acabar la carrera y el quedo en la 18 posición.

Nos estuvo explicando su experiencia corriendo tal carrera. Cada corredor tenia un coche que le seguía, en el cual iban 5 personas que lo iban hidratando, alimentando, controlando su peso cada X kilómetros, controlando que no tuviera ningún fallo en su organismo y que sus riñones funcionaran correctamente...

Alex me presento a otros mexicanos y salvadoreños. Conocí a ese típico mexicano con su bigote largo, pelo largo y su típico sombrero. Todas bellísimas personas.

Mis ojos no podían creerlo cuando vieron una multa en mi coche. Se ve que en California solo se puede estacionar en tu lado derecho y yo estacione en mi lado izquierdo.

Después del pago aprendí la lección.

Visito Napa y Sonoma, pueblos que viven de los vinos, como en Santa Helena. Cada uno con su encanto y sus terrenos de diversidad de viñedos.

Pase por Point Rayes Station, el típico pueblo ranchero americano con sus cuadras.

Finalmente acabo en Tiburón, un pueblo cerca de San Francisco. Soleado, 20 graditos, viento y a tan solo 15 minutos de San Francisco. Desde allí se podía observar el Golden Gate Bridge con su niebla en las alturas del puente.

En estos momentos ya empieza lo bueno, a partir de San Francisco para el sur, esta repleto de pueblos surferos y con mucho viento, donde podre practicar prácticamente todos os días el surf y el kitesurf.

Pura Vida!