DESESPERACION EN LOS MONTES

Oh, ronchas! Bultos son los que veo en mi cuerpo al despertar en “Malakoff Diggins”. Parece ser que soy de buen apetito para los mosquitos.
Tan solo llevaba 11 ronchas en el brazo derecho, imagínense el resto del cuerpo. Parezco un niño recién atacado por la varicela.

Hago rumbo a “Lassen Volcanic Historic Park”, a esas horas de la mañana (8.00 am) se podía respirar el aire fresco que había dejado la señora humedad esa madrugada, ese suave olor que desprendían las plantas, como un perfumen propio de la naturaleza, esos árboles altos y esbeltos donde penetraban los rayos solares entre sus ramas, y lleno de renos, ardillas y conejos.

Al coger el desvío de “Lassen Volcanic”, me conduce por una carreterita, estrecha, llena de curvas a las que le dedico 1 hora de conducción. Tan solo para que cuando llegue a la cima me digan que la mayoría del parque esta cerrado por la nieve a causa de las grandes tormentas que ha habido  este invierno. ¿¿NIEVE?? No me cabe en la cabeza como podemos estar a 30ºC y haber nieve por todas partes.

Con la sonrisa de oreja a oreja, no me queda más remedio que regresar al coche para volver a hacer el camino de bajada.

Decido tomar dirección a “Lava Beds National Monument”. Cambio paisajístico. Venia de altos árboles inclinados hacia la carretera a pasar por campos desiertos. Kilómetros y kilómetros son los que recorro sin encontrar vida con la preocupación de no encontrar ninguna gasolinera. En breves las letras rojas aparecen y los desiertos siguen. Al final, sin saber de donde, aparece una gasolinera en medio de la nada, en un sitio poco agradable y solitario.

Consigo llenar el tanque y me apresuro a desaparecer de tal sitio. Ninguna casa había, 2 ranchos y la gasolinera donde se encontraba una mujer poco extraña y con productos muy antiguos, probablemente caducados. Se podía apreciar que nadie paraba allí desde hacia años por la deshidratación de los productos envasados, los carteles descoloridos donde apenas se podía leer la escritura, vapor impregnado dentro de las bolsas de gominolas…

Los desiertos abundan y la llegada a “Lava Beds” se hace interminable. El atardecer me coge en esos desiertos y kilómetros de prados a ambos lados de la carretera.

Sensación? Entre alegría, paz y desesperación.
El sol empieza a esconderse detrás de los árboles majestuosos de las montañas, dejando fluir los rayos solares, cuales iluminaban esos prados que convertía ese tono amarillo ocre en un tono rojizo suave  que acompañaba con armonía el anaranjado cielo.
Desesperación? Sin indicaciones? Me despreocupo de todo y tan solo me centro en lo que mis ojos ven, ya que el camino tarde o temprano aparecerá.

Llego a “Lava Beds”, una montaña compuesta de 23 cuevas (tubos de lava cavernosos) bajo tierra, cuya longitud oscila entre 200 metros y 2,5 kilómetros.

Cuevas con caminos estrechos, pasadizos bajos, oscuridad total, infinitos caminos, todo un laberinto, donde en su interior residen murciélagos.
En algunas secciones tuve que andar en cuclillas y a gatas, incluso arrastrándome por el suelo, siendo un suelo carrasposo e inestable a causa de la lava.

Con esta parada me despido de California, para cruzar la frontera y llegar a Oregón, con nuevas historias que contar.

J

Rumbo Chester

Rumbo Chester

Rumbo Chester

Lassen Volcanic National park

Lassen Volcanic National park

Rumbo a Tionesta

Lava Beds National Monument

Lava Beds National Monument

Lava Beds National Monument

Lava Beds National Monument

Lava Beds National Monument

Lava Beds National Monument

Lava Beds National Monument

Miguel y yo

Lava Beds National Monument

Lava Beds National Monument

Lava Beds National Monument

Lava Beds National Monument

Lava Beds National Monument

Lava Beds National Monument